Los altos precios de las materias primas que están repuntando ante la guerra en Ucrania beneficiarán a los países latinoamericanos con mayores ingresos por exportaciones; pero México sería de los menos beneficiados.

Aunque la guerra de Rusia a Ucrania se encuentra al otro lado del mundo, sus implicaciones sobre los mercados internacionales de materias primas están siendo tan amplios que van desde el petróleo hasta el trigo, pasando por varios metales industriales, los que han elevado sus precios a niveles históricos.

La mayoría de los países de América Latina, cuya economía depende enormemente de la exportación de materias primas o commodities se verán beneficiados por este repunte, pues les permitirá aumentar sus ingresos por exportaciones incluso sin tener que aumentar su producción, escribió en un tweet Martin Castellano, jefe de investigación para América Latina del Instituto de Finanzas Internacionales (IFF).

Además de los energéticos, el más destacado de los bienes al alza es el aluminio, uno de los metales industriales más importantes junto al acero, y del cuál Rusia es el tercer mayor productor mundial con 3,600 toneladas métrica anuales, casi a la par de India, aunque brutalmente por debajo de China que produce anualmente 37 mil toneladas métricas.

Aún así la decisión del presidente ruso Vladimir Putin de invadir la vecina Ucrania impactó el mercado mundial de aluminio al provocar sanciones y bloqueos al comercio de aluminio ruso que presionaron su precio en la Bolsa de Metales de Londres hasta los 3,850 dólares por tonelada, su mayor precio en la historia y 32.8% mayor que el que tenía a principios de año.

Al aluminio le sigue el repunte en el precio del níquel hasta los 40,850 dólares por tonelada, un precio también histórico -aunque no récord- y 62% mayor al que tenía cuando se inició la invasión a suelo ucraniano. Si bien, el uso del níquel por sí solo es limitado a la fabricación de ciertos tipos de baterías, su uso en la siderurgia es vital como uno de los metales necesarios para la fabricación de acero inoxidable, otro de los insumos industriales más importantes.

En este caso, Rusia es el cuarto productor a nivel mundial con 6.9 millones de toneladas anuales, por debajo de Brasil, Australia e Indonesia con 16, 20 y 21 millones, respectivamente, aunque en este último caso bloqueadas del comercio internacional pues Indonesia mantiene prohibiciones desde hace varios años a la exportación de minerales.

El cobre es el caso más relevante para la economía latinoamericana, pues mientras en los dos primeros casos, el gigante brasileño será la principal nación beneficiada de la región, el nuevo repunte del metal conductor beneficiará a Chile -el mayor productor mundial- y Perú, otro gran productor regional, y en mucho menor medida  a México.

En el mercado Comex de Nueva York el cobre alcanzó un precio de 10,910 dólares por tonelada, un incremento de más de 10% desde el inicio de la invasión.

México queda fuera de la bonanza

No obstante, entre los principales beneficiados -todas grandes economías de la región- México es el país que, por mucho, será el menos favorecido por este nuevo “boom” coyuntural de las materias primas, e incluso podría verse presionado económicamente en algunos sectores.

La principal razón se debe a las características de la economía mexicana, que a diferencia del resto de economías de la región ha ido reduciendo la participación de las materias primas en la estructura de sus exportaciones en favor de los productos manufacturados, principalmente de la industria metalmecánica como automotriz, eléctrica, e incluso electrónica. México no es un importante productor de alguna de las materias primas que están siendo presionadas por la guerra como el aluminio, níquel, trigo, gas natural o paladio, exceptuando el caso del petróleo.

Por el contrario, la importante participación en las importaciones de algunos de los metales industriales al alza podría dificultar aún más la producción manufacturera del país, como es el caso de la industria automotriz con el aluminio, metal del cual se usan alrededor de 180 kilos en la producción de cada automóvil.

Según Alberto Bustamente, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), los efectos de la guerra sobre el mercado de metales ha elevado los precios desde inicio de año en 29% en el caso del paladio -clave de algunas autopartes-, 20% en el aluminio y 12% en el caso del acero, no obstante advierte que en los próximos meses se verán los incrementos más relevantes.

 

Fuente: ArenaPublica