Las líneas navieras hicieron una fortuna el año pasado y, a pesar de las tarifas más bajas actualmente, también 2022 lo será. Maersk lidera la carrera de largo aliento a medida que continúan anotando en su portal online valores más bajos, observa el analista de la industria marítima portuaria y logística Jon Monroe, quien apunta además que la tarifa de US$3.500/FEU desde los puertos base de China a Los Ángeles – Long Beach (LA-LB) hace tres años, podría haber sido considerada alta, pero actualmente no, y es que “desafortunadamente, la congestión creada por los muchos eventos de cisne negro ha requerido inversiones que han aumentado el costo de hacer negocios”, indica al recordar el contexto actual.
¿Reversión del poder?. Monroe explica, además, que existe cierta especulación y preocupación de que los nuevos buques que se introducirán en los próximos 18 meses devolverán el poder de negociación a los beneficiarios de la carga. “En cierta medida, esto ya está pasando. El espacio ya no es escaso y las tarifas están bajando”, indica. La situación que fue abordada a principios de agosto por el presidente de Evergreen, quien señaló que «la eliminación gradual de los buques más antiguos aliviará las preocupaciones sobre el abultado libro de pedidos».
Situación portuaria: De acuerdo con Monroe la congestión en los puertos no ha terminado, a pesar de que la cola de buques se reduce a casi nada en la USWC. Más bien, se ha trasladado a las rampas ferroviarias del interior y a los puertos de la USEC, ya que las empresas intentan evitar una posible huelga en la USWC con el acuerdo de los estibadores de la ILWU aún en el limbo. “Particularmente en los puertos del sur de California, la congestión crece debido a la acumulación de contenedores intermodales”, indica, y añade que la situación “en ningún lugar es peor que en el complejo portuario LA-LB”. ¿El gran culpable? Los proveedores ferroviarios.

 

Fuente: Mundo Marítimo