A partir del 1 de enero del 2023 comenzó a regir en España, de forma pionera en toda la Unión Europea (UE), el impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables, que recaerá sobre toda la industria con un tipo impositivo de 0,45 euros por cada kilogramo de este material que fabrique o adquiera.
La entrada en vigor de este impuesto, enmarcado en la Ley de residuos y suelos contaminados aprobada el pasado mes de abril, se produce unos días después de que el Gobierno aprobara el Real decreto de envases y residuos de envases, mismo que tiene como objetivo lograr para 2030 una reducción del 20 % de las botellas de plástico de un solo uso respecto a los niveles actuales.
Esta norma obliga a la industria reducir las botellas de plástico de un solo uso, fomentar la venta a granel de alimentos o aumentar los envases reutilizables para impulsar la economía circular.
Desde la patronal del sector, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), muestran su descontento y advierten que esta nueva tasa añade mayores costos de producción y más presiones inflacionistas y calculan que la medida tendrá un impacto directo de 690 millones de euros en las compañías del sector. ¿Quién terminará pagando el sobrecoste? Probablemente el consumidor ya que el fabricante repercutirá el coste de este nuevo impuesto en el precio del producto.
Fuente: EFEverde