Hasta ahora el enfrentamiento entre Israel y Hamás ha tenido un impacto económico y financiero limitado, pero si el conflicto escala podría producirse una crisis petrolera con impactos globales. La economía global y el mercado del crudo no tienen margen para acomodar otra crisis energética, que perjudicaría especialmente a Europa.

El precio del petróleo repuntó un 7% tras el ataque de Hamás hasta los 90 dólares por barril, pero aún se encuentra por debajo de los precios registrados a principios de octubre. Esta reacción está en consonancia con lo acontecido en el pasado, ya que ni Israel ni Palestina son productores de petróleo, ni son territorios por los que transiten rutas energéticas significativas. El repunte del petróleo se explica por el riesgo de una escalada del conflicto que incluya a Irán, país que respalda a Hamás y supone el 3% de la oferta global de crudo.

Fuente: CIDOB opinión