Todos somos diferentes”, según la creencia popular, pero podríamos clasificar a las personas en tres rubros específicos: están las que les importa poco realizar algo para su desarrollo, por otra parte encontramos a las que hacen las cosas a medias y siempre están quejándose en su descontento, porque nunca se cumplen a sí mismas.
Por último las que se han encargado de construir hábitos que siguen y aplican al pie de la letra. Esto les aporta algo significativo y positivo en todos los ámbitos donde se desarrollan, directa o indirectamente.
En esta tercera clasificación generalmente encontramos a las personas emprendedoras, aquéllas que exigen de sí mismas ese plus que les detonará beneficios en el corto, mediano o incluso largo plazo
- Aprenden algo nuevo cada día
- Establecen metas y crean sistemas para alcanzarlas
- Pasan su “tiempo libre” con inteligencia
- Hacen del ejercicio su prioridad
- Comen menos comida chatarra
- Duermen más
- Crean equilibrios en su vida
Fuente: Quiminet