Todos somos diferentes”, según la creencia popular, pero podríamos clasificar a las personas en tres rubros específicos: están las que les importa poco realizar algo para su desarrollo, por otra parte encontramos a las que hacen las cosas a medias y siempre están quejándose en su descontento, porque nunca se cumplen a sí mismas.

Por último las que se han encargado de construir hábitos que siguen y aplican al pie de la letra. Esto les aporta algo significativo y positivo en todos los ámbitos donde se desarrollan, directa o indirectamente.

En esta tercera clasificación generalmente encontramos a las personas emprendedoras, aquéllas que exigen de sí mismas ese plus que les detonará beneficios en el corto, mediano o incluso largo plazo

  1. Aprenden algo nuevo cada día
  2. Establecen metas y crean sistemas para alcanzarlas
  3. Pasan su “tiempo libre” con inteligencia
  4. Hacen del ejercicio su prioridad
  5. Comen menos comida chatarra
  6. Duermen más
  7. Crean equilibrios en su vida

Fuente: Quiminet